Princesa, sonríe.No agaches tu mirada.
Limpia tus lagrimas. Sal debajo de esas cobijas amarradas a ti. Ponte el
vestido mas hermoso que tengas. La ropa que tanto te gusta. No mires hacia
abajo. Enciende el reproductor, sube el volumen a la música. Empieza a bailar,
levanta tus manos al cielo, mira al techo, da vueltas, las que quieras,
infinitas vueltas, que no acaben nunca. Y cuando caigas, ríe. Ríe tanto como
nunca lo lograste, ríe de todo lo malo, ríe del pasado, ríe de la gente, ríe de
ella, de el, ríe de esos pensamientos que tanto te destruyen. No mires hacia
abajo. Levántate, con fuerza, pero no borres esa sonrisa. Ve tu reloj, sabes
que falta mucho para que acabe el día. Piensa. Piensa en lo que siempre te
gusto pero nunca lo intentaste, por medio, por dolor, por soledad. Baja las
escaleras, abre la puerta de tu casa, y sal, corre, corre sin pensar en los que
te rodean, ellos no importan, ellos nunca van a importar, sigue corriendo, pero
no dejes de sonreír. Detente un segundo. Y admira. Ahí esta. El mar. ¡No te
detengas! Corre hacia las olas, juega con ellas, disfruta, porque tal vez es lo
que siempre deseaste, ser libre por un momento, ser feliz. Ríe. Esas personas
que están cerca de ti ¡No existen! Ellos no pueden controlar lo que sientes, ya
no lo harán. Olvida los errores, olvídalos a ellos por favor. Sigue sin mirar
hacia abajo. Y corre. Come lo que nunca pudiste por miedo a ellos. Tu físico no
importa. Ve a todas a esas chicas plásticas cerca de ti y solo sonríe. Por qué
sabes que eres mucho más hermosa que ellas. Corre, ve a tu parque preferido,
disfruta, en los carros chocones, ríe como nunca, te fijas en un chico lindo a
quien chocaste, y sólo ríes. El solo dice "tu sonrisa es hermosa".
Ningún chico te había sonreído, porque nunca demostraste lo bonita que podía
ser tu sonrisa. Comes algodón de azúcar. Y en la montaña rusa te sientas junto
a ese chico. Los dos impresionados, sólo se dedicaron miradas, empezó a avanzar
la montaña, estas emocionada y gritas. Gritas como nunca lo hiciste, te sujetas
fuerte, y el chico sostiene tu mano, lo miras y viste la belleza misma ante tus
ojos. Bajaron los dos, mirándose por un minuto y allí le dices "muchas
gracias". Corre, ya se hace de noche. Ves los mas hermosos fuegos
artificiales, los disfrutas. Llegaste a tu casa, abre lentamente la manilla,
ahí esta tu mama, mírala, abrázala, pídele disculpas, por los gritos, por
haberla ignorado, y le das un enorme beso. Corre luego a tu habitación,
suspira. Retira tus zapatos, baja volumen a la música. Y mira hacia tu ventana
y di "Gracias Dios". Vuelve a tu cama, retira esas cobijas. Recuerdas
haber dejado tu móvil encima de ellas, lo enciendes y sonríes, ahí estaba ese
mensajes que decía "Princesa, sonríe". Duermes cómo un ángel y a
partir de ese momento, decides empezar a vivir.
El Club de los poetas Muertos
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